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Friday, August 7, 2020

Tlahtol Macehualli: Los Caracoles del Viento

Tlahtol Macehualli 

Comités de Defensa del Barrio
Phoenix, Aztlan (Donde vive el espíritu de la verdad)

 

“Soy como el viento que corre, alrededor de este mundo, anda entre muchos placeres pero no es suyo ninguno…” dice la canción “Gritenme Piedras del Campo.” compuesta por Cuco Sanchez.

 

Y así es. Ahora con la pandemia nos damos cuenta que nada es nuestro. Ni siquiera el cuerpo que tanto amamos. En cuestión de días, de semanas, un cuerpo fuerte se desploma junto con todo lo terrenal que tanto valoró, cuidó, y al ultimo en un ultimo suspiro lo abandonó. Adios negocios, autos de lujo, casas de medio millón de dólares, amores, familia, hijos. Todo se esfuma en ese ultimo suspiro donde “vivirán a flor de tiempo amores y desengaños…” como reza la canción “La Vasija de Barro.”

 

Esa sabiduría indígena la estamos re-aprendiendo masivamente a nivel mundial para los que quieren aprender. Sin embargo los grandes empresarios, los grandes politicos, se rehusan a aprender la lección que la misma iglesia hace un rito cada miércoles de ceniza al recordarnos de que “polvo eres y en polvo te convertirás.” Hay algo en esos seres humanos que les hace creerse eternos y omnipotentes.

 

Es algo así como los capos de las drogas que se creen invencibles hasta que el pez mas grande se los come y los embota en la cárcel para recordarles que el mero fregón es el capitalismo controlador de politicos y narcos por igual. Pero el invisible virus vino a darnos un jalón de orejas y recordarnos que no somos nada si seguimos con esa actitud de invencibles y omnipotentes a la Sheriff Arpaio o el Donald Trump.

 

 

Y hablando del Sheriff Arpaio esta empatado para ser el candidato republicano con su subalterno Jerry Sheridan, otro racista empedernido que no se les quita la maña de atacar a nuestro pueblo. Siguen empedernidos en ser omnipotentes sin darse cuenta que la vida se cuelga de un hilo de oxigeno que un simple virus lo puede cortar. Lo malo de todo esto es que el Sheriff Paul Penzone no se queda muy atrás. Es mas astuto, mas sofisticado, pero sigue deportando y separando familias con el pretexto de hacer cumplir la ley federal. Así que en realidad si no estamos organizados como familias, como barrios, como pueblo, como seres humanos no importa quien este en el puesto nos van a seguir separando deportando y amargando nuestra existencia.

 

Así es que el show electoral lo podemos ver como vemos una novela mexicana para pasar el tiempo, porque si nos guiamos con que los politicos nos van a salvar estamos todavía creyendo en los cuentos de hadas donde siempre terminaban siendo felices para siempre las cenicientas con su principe azul. Un pueblo organizado no necesita poner sus esperanzas en los politicos. Un pueblo organizado les ordena a los politicos lo que tienen que hacer para el bien de la comunidad.

 

Todavía no llegamos al nivel de los Purepecha de Cheran Michoacan que despidieron al PRI, Al PAN, Al PRD, A MORENA e instalaron su consejo Purepecha. Pero podemos empezar por quitarnos la venda de los ojos y pensar que un politico nos va a liberar de la opresión.



Volviendo al virus.  Cuidarnos a nosotros mismos, no es tan difícil, sin tener que esperar que el gobernador o Trump nos diga como cuidarnos. No envíe sus hijos a la escuela hasta que le puedan asegurar que no sera una puerta para el panteón para alguien en su hogar.

Salvador Reza


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