Quiero hacer un
pequeño recuento de porque nos encontramos donde nos encontramos vis a vis
Donald Trump y la ola antihumana, anti-migrante, y decirles que no es nada nueve
nomas que se ha vulgarizado como todo se ha vulgarizado por la falta de moral,
respeto, y enajenación total de nuestros pueblos de nuestras tradiciones,
espiritualidad y usos y costumbres milenarias.
Brevemente les diré que todo comenzó con la inquisición implantada en el Caribe por Cristóbal Colon en 1492. Allí comenzó el proceso de hacernos extranjeros en nuestra propia tierra y enajenarnos de nuestra Madre Tierra por una Virgen abstracta a la que nos obligaban a adorar para que nos olvidáramos de Tonantzin, La Sagrada Madre Tierra que nos brindaba todo su amor a manos llenas con toda la comida en abundancia donde nadie sufría hambre.
Después vino la repartición de la tierra por los invasores que se repartían la tierra al igual que los seres humanos sobre ella. Los Valles y los Ríos junto con las montañas fueron herradas (bautizadas) con nombres extranjeros al igual que los seres humanos. Malintzin, como botín de guerra, se convirtió en Doña Marina. Nos bautizaron a la fuerza y fuimos herrados como bestias de carga igual como un caballo, un burro una mula. Nos enajenaron de nuestra tierra para quedarse con ella con las encomiendas otorgadas por un rey que solo le respondía a su Dios. Porque según ellos el Rey mandaba por Mandato de Dios.
Después las encomiendas y las haciendas se convirtieron en estados respondiendo a las necesidades del invasor de extraer riquezas y controlar más tierras. Interponiendo en nuestras tierras las disputas y las leyes coloniales que nada tenían que ver con nuestra Cosmovisión. Y de allí surgieron las fronteras por las disputas entre los colonizadores y sus descendientes europeos.
Sin embargo, para controlar los pueblos ocupados implementaron un sistema educativo para cultivar sus capataces, administradores indígenas que mantuvieran control de los trabajadores. Ese papel le toco en gran parte a las iglesias que con las enseñanzas del evangelio inculcaban obediencia, y docilidad ante los abusos porque al fin y al cabo su recompensa seria en el cielo.
Y así a través de más de 500 años se ha creado una clase intermediaria con un sin número de tácticas de control psicológico mental que vemos en todo su esplendor en la última embestida de Donald Trump en donde insisten que ellos son parte del sistema igual como el explotador. Que no pueden deportarlos, no porque son originales de estas tierras sino porque al contrario son parte del explotador. Nadie se atreve a decirlo en gran parte porque ya les borraron la memoria. “Tenemos el derecho ancestral de ir y venir sobre las fronteras falsas.”
Un caso clásico es el de tener a ICE (la migra) en la cárcel de la cuarta avenida para deportar a cualquier persona que no puede probar su estancia de acuerdo con los términos legales impuestos por el estado de Arizona y el gobierno de los estados unidos. Todos se concentran en sí, ¿el Sheriff Penzone está cumpliendo las órdenes del juez de no arrestar personas por el color de la piel?
En lo que pocos se fijan, es que el Sheriff Penzone al tener la migra en la cuarta avenida está haciendo lo mismo que el ex alguacil Joe Arpaio. Y cuando alguien lo dice, los intermediarios, saltan, gritan, y se avergüenzan de los salvajes que no agradecen al explotador.
Salvador Reza