Hace 40 años tome una clase de ciencias políticas en la Universidad de
California en San Diego. Un periodista del Washington Post, Leon Dash, vino
como invitado especial por un par de semanas para hablar sobre la guerra de
liberación en Angola, África. Leon Dash gano el premio Pulitzer por su cobertura
del grupo rebelde denominado UNITA encabezado por Jonas Savimbi.
Jonas Savimbi
había sido escogido por la CIA para respaldarlo en contra del otro grupo MPLA
que estaba a punto de ganar la guerra de independencia colonial en contra
Portugal. Portugal tenia aproximadamente 500 años de dominación sobre el
territorio Africano.
Agustino Neto,
había sido amigo de Che Guevara cuando el Che participo en la guerra de
liberación en el Congo y por tal razón la CIA bajo ninguna circunstancia
permitiría que se instalara lo que ellos consideraban otro satélite Ruso en África.
Así que para preparar la opinión publica norteamericana enviaron a Leon Dash a
cubrir el bando guerrillero UNITA y así
popularizarlo en la mente de la población norteamericana. Leon Dash era un
periodista alcohólico, cínico, que en su mente el había ido solo para probar su
hombría y para reencontrarse con sus raíces africanas. Para él su Ego era mas
importante que la causa.
En uno de sus escritos se quejaba del tamboreo
monótono que tuvo que escuchar toda una noche por parte de los guerrilleros que
celebraban cuando el quería dormir. En fin, Leon Dash era un Afroamericano que
en los 60’s había penetrado el periódico Washington Post. Uno de los periódicos
mas conservadores y medio utilizado por la CIA para plantar el punto de vista
norteamericano no solo en relaciones exteriores sino en la lucha domestica.
El periódico
entonces, igual que hoy, eran parte de una embestida en contra de los
movimientos de liberación y de la lucha contra el mal llamado comunismo. El
intento es y era mantener el estatus quo económico mundial y destruir cualquier
movimiento igualitario donde quiera que surgiera. Los movimientos igualitarios
interfieren con las ganancias y el control corporativo de la sociedad.
Es por
eso cuando en mi prueba escribí que la guerra en África del Sur no era
principalmente una guerra racial sino era una guerra económica Leon Dash trato
de destruirme. Me acuso de pseudo marxista, que sus amigos africanos marxistas,
estarían avergonzados de mi. Y enfrente de toda la clase me dijo que yo era el
único de la clase que había reprobado.
Unos meses después me di cuenta del
trabajo de Leon Dash en Angola y también en la universidad cuando el jefe de
operaciones en Africa para la CIA, John Stockwell, dejo la CIA y escribió un
libro que después fue cuidadosamente revisado por la CIA y obligado e omitir
detalles de las operaciones.
Antes de ser
censurado, le pregunte. ¿Ustedes financiaron la serie de reportajes de Leon
Dash en Angola? Su contestación fue rotunda. ¡Si, por supuesto! Otros meses
después volvió promoviendo su libro En Búsqueda de Enemigos, le pregunte de
nuevo la misma pregunta recordándole su contestación anterior. Fingió amnesia y
solo me contesto. “No se de lo que hablas.”
Ya para ese entonces cualquier cosa que dijera podía ser procesado por
revelar secretos de estado. Él como operador de la CIA no podía revelar ninguna
cosa que fuera clasificada como secreta con peligro de una condena larga en la
cárcel.
Esa fue una
operación fallida porque al final el MPLA logro expulsar a los Portugueses, África
del Sur y la CIA fueron derrotados en la lucha por 40,000 Cubanos que
entrenaron al ejercito de Angola y le propiciaron la peor derrota al mejor
ejercito de África del Sur que finalmente resulto en el triunfo de Nelson
Mandela y el movimiento de liberación de África del Sur.
Leon Dash y Jonas
Savimbi quedaron olvidados en el basurero de la historia donde terminan los
periodistas que se prestan a la manipulación del poder en turno. Los estados
corporativos utilizan al periodista para sus fines bélicos y económicos.
Salvador Reza