Tlahtol Macehualli
Comités de Defensa del Barrio
La medicina hydroxychloroquine que Donald Trump anuncio
estar tomando dice entre decenas de síntomas, “…causa mal humor o cambios
mentales, expresiones faciales no usuales, sentimiento que otros te están
controlando, sentimiento que otros pueden escuchar tus pen-samientos, ver o
escuchar cosas que no están allí, vision borrosa…”
Anteriormente a la Pandemia, Donald Trump ya exhibía
síntomas de esquizofrenia, los cuales los psicólogos llaman el “síndrome del
Mesías.”
Bajo este síndrome el enfermo mental se cree el Salvador de la
humanidad. Y como dice el dicho, “en el país de los ciegos el tuerto es rey.”
Donald Trump en su locura encontró un manicomio que supera la película “One Flew Over the Cuckoos Nest.” Nomas que aquí en lugar de un manicomio común y
corriente, Donald Trump se encuentra en el centro de la locura mundial, La Casa
Blanca de estados unidos..
El lema MAGA (Make America Great Again) abre las
puertas del manicomio a todos los psicópatas y “super duper” misiles con la
capacidad de destruir al mundo entero. Y en lugar de un trono imaginario como
de película, lo eligen en el manicomio democrático para tener el botón nuclear
en sus manos.
Sin embargo con La Pandemia la locura se intensifico y ahora
traga pastillas alucinogénicas que “lo van a curar del virus,” que puede
pegarle a cualquiera menos a él, porque el es invencible en su locura. Mientras
los expertos se esconden en cuarentena, y altos funcionarios del gobierno son
afectados por la enfermedad, Trump desafía el virus desenmascarado y arenga al
manicomio entero a que tomen las mismas píldoras peligrosas que el traga para
que se salven todos los seguidores de la misma manera que Moisés salvo a todos
aquellos que pusieran sangre de cordero en sus puertas.
Pero Donald Trump no es
Moisés, es un enfermo mental.
Sin embargo, la locura de Donald Trump es peligrosa, no
porque lo afecta individualmente a él, sino porque ha contagiado a la mitad de
los ciudadanos estadounidenses y a una gran parte de los gobiernos mundiales.
En México tiene a Lopez Obrador reprimiendo a sus hermanos del sur. En Brazil
tiene a Bolsonaro destruyendo los pulmones del mundo en un intento de eliminar
a los pueblos originales de las amazonas para bienestar de las corporaciones
mineras.
En Venezuela tiene un títere que se cree presidente, Juan Guaido, que
sin ser elegido se presta a invasiones mercenarias. En China amenaza con
movimientos militares y económicos a la nueva potencia mundial provocando
tension bélica en el mundo entero.
Y esto me lleva a un chiste que me contó mi tío cuando era
niño sobre un paseo por el manicomio donde el “loquero” les advierte que no
entren a la sección de los locos peligrosos. Uno de los visitantes no hizo
caso. Le salió un loco con un palo a lo que el visitante grita, “loquero,
lo-quero,” ante cual el loco antes de pegarle con el palo le grita, “pos aunque
no me querrás.”
Así, hemos entrado a la region de locos peligrosos y ahora si,
a ver quien sale vivo. Si no nos mata el virus nos puede matar una guerra
provocada por la locura de Trump, o las medicinas experimentales donde el
remedio sale peor que la enfermedad.
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