Alguna vez has estado en un asilo de ancianos y tratado de
platicar con aquellos seres humanos que tras servir toda su vida a una familia,
a una empresa, a un país han sido desechados en sus últimos días a ser cuidados
por extraños mal pagados que reniegan de su trabajo. O aun peor en casas donde
cuidan seis a ocho ancianos por el dinero que reciben del gobierno, o de la
familia para que los cuiden.
Es allí, cuando ya nadie les hace caso. Cuando delirantes
hablan de sus mejores tiempos que te das cuenta como repiten la programación
social inculcada desde su tierna edad. En un asilo donde termino mi abuelita
cuando mi tía ya no la pudo cuidar y tenia miedo que se le quemara cuando se le
olvidaba la estufa prendida, escuche una anciana regañarme a mi y a mi
abuelita. “speak English, you are in America.” (Habla Ingles, estas en
America). Cuando le dije en Ingles, “she doesn’t speak English only spanish,”
(Ella no habla Ingles solo español) Me contesto la anciana, “yes she does.
She’s lazy.” (Si habla nomas que es floja.) De suerte paso una asistente y se
la llevo en su silla de ruedas.
Al ver un anciano sin poder económico y politico vociferando
frases racistas que yo escuche desde que entre a los estados unidos a los 9
años refleja la programación profunda diseñada en la guerra psicológica mental
como estrategia de estado para el control de las poblaciones dominantes sobre
los pueblos colonizados. En ese tiempo solo me reí de las tonterías de la
anciana demente que molestaba neciamente una platica bonita entre mi abuelita y
yo. Sin embargo, cuando un anciano demente como Donald Trump que pertenece a un
asilo de ancianos locos, vocifera poemas como el de la serpiente y la dama
bondadosa que sale picada por confiar en la víbora, luego compara la serpiente
con los extranjeros inmigrantes, ya deja de ser chistoso porque esa
programación va directa a los niños a los jóvenes y a los adultos ya
predispuestos a vernos como reptiles ponzoñosos. Eso se le debe llamar por su
nombre, GUERRA PSICOLOGICA MENTAL en contra de nuestros pueblos ancestrales por
un aparato corporativo colonizador que por extraer riquezas no se tienta el
corazón en desplazar millones de seres humanos denigrando su ser a viles
reptiles venenosos.
Los países del sur no se salvan de esa guerra psicológica
mental en contra de los pueblos originales. “Indio Pata Rajada.” “La civilización europea le trajo cultura al
indio.” “Sin el español todavía vivirían
en cuevas.” Y eso lo encuentras desde Argentina hasta Mexico. El otro día tuve
una conversación con un anciano que trabajo en la minería gran parte de su
vida. Ahora ya retirado sigue con una relación de amor y odio en contra de la
empresa minera, en contra los estados unidos. Dice que el tiene la formula para
que estados unidos se salve.
El caso es que todos somos productos de una sofisticada
programación desde el momento que te hacen recitar el juramento a la bandera
todos los días al entrar a la escuela hasta cuando te llevan a misa cada
domingo para oír los sermones religiosos. Llega un momento que la programación
es tal que estamos dispuestos a morir por un trapo de colores, sin pensar que
esa bandera significa la programación con la que los ricos envían a pelear a
los pobres por sus intereses corporativos. Iraq, Afghanistan, Korea, son
guerras por los minerales y el petróleo. No tienen nada que ver ni con
democracia, ni libertad, ni justicia. ES AVARICIA Y MUERTE.