Comités de
Defensa del Barrio
Press Release
Phoenix, Áztlan
"Donde vive el espíritu de la Verdad"
Al pasar del tiempo el virus se intensifico y dejo la ilusión de la legalización. Comenzó atacar convirtiendo a los policías locales en variantes de la patrulla fronteriza con acuerdos como el 287g, y sus variantes como la del Sheriff Penzone en la cárcel de la cuarta avenida multiplicada a nivel nacional.
Los pueblos originales apodados
salvajes, indocumentados, ilegales, wetbacks, (espaldas mojadas) es la ficha
que continua en la mesa política, pero no para legalizar lo que no es ilegal,
sino para mantener la ilusión de millones de trabajadores desechables, y para
seguir castigándolos en una especie de tortura psicológica donde no pueden ni
tener ni voz ni voto en el juego de póker en el burdel llamado Democracia.
Allí
los juegos de azar siempre los ganan los dueños del Casino y los que jalan la
palanca de la maquinaria del dinero vuelven sin un centavo en la bolsa,
apilados en perreras después de pagar su tiempo en un purgatorio localizado en
cualquier ciudad del mundo, antes de ser vueltos al infierno del narcotráfico y
ser traficados en las maquilas, las huertas, las cantinas que existen desde la
Patagonia hasta Alaska.
Parece que en el barajeo de las
cartas en el juego en turno los “soñadores” quedaran fuera, los TPS’ianos se
pueden olvidar de una legalización, los trabajadores “esenciales” posiblemente
les den permisos temporales de cinco años, pero sin ninguna garantía. “Taxation
without representation is tyranny” gritaron los invasores cuando querían
independizarse de la Colonia Inglesa para formar su propio Casino. Sin embargo,
ahora “Impuestos Sin Representación” es la formula por la que se rige estados
unidos.
Ahora la tiranía se ejerce sobre los seres humanos originarios de este
continente con la firmeza de leyes impuestas por los casinos políticos que
nunca pierden y que tampoco les importa si las almas estafadas por cinco siglos
viven, mueren, o se pudren en la pobreza y en las drogas fomentadas por ellos
mismos para neutralizar las mentes de cualquier idea o ímpetu de liberación.
Asalariados al servicio de un sistema que seguirá chupando el sudor de nuestra frente en los campos agrícolas, en las fabricas, en los hoteles, en los burdeles, en cada rincón donde trabajamos. ¿Acaso hay alguien que pueda pensar y organizar afuera de la ilusión de que si votamos podemos cambiar las cosas?
Desde los 50’s bajo el programa bracero, hasta hoy seguimos siendo engañados. Ya es hora de deportar el engaño de nuestro ser.
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