Comités de Defensa del Barrio
Phoenix Aztlán
(Donde vive el espíritu de la Verdad)
Press Release
Parece ser que las caricias a “La Perra,” los abrazos se acabaron por orden del patrón gringo. El capataz ya recibió la orden de que suelte la perra muerda al que muerda. Ahora comienza la corredera. Pero el capataz también tiene que cuidarse porque aun si permitió a los chiquillos consentirla y abrazarla con la soga hecha pedazos tiene que esconderse hasta la abuelita de los morritos.
Ya mordió al agricultor y también a su morrito, los tienen abandonados en celdas protegida para que no vuelvan al rancho a calentar el terreno. Ahora el nuevo capataz hasta les da jarillazos sin enseñar el respeto. El capataz se dio cuenta que el mercado se agotó. Ahora quieren cosecha química y transgénica.
Ya los consumidores no quieren cosecha natural, tienen nuevo proveedor con fórmula para producirla en laboratorios clandestinos y les sale más barata. Es por eso por lo que no les importa que la perra con el hocico ensangrentado deje heridos y muertos por toda la granja desde la cerca de alambre hasta las lomas taurinas.
Ahora siguen las demandas en las cortes del patrón. La Perra mordió clientes, vendedores, representantes, y hasta guardianes de la Casa Blanca arriba de la loma. Quebraron contratos y ahora tienen que pagar por perdidas enormes. Ya enviaron citatorios.
El que no responda le enviaran la guardia nacional acompañada de agentes especiales entrenados en extracción rápida, caiga el que caiga, pero al Tio Sam, socio y cliente principal de la Granja no le venden gato por liebre.
La estatua de la libertad, la señora que sostiene en sus manos la balanza de la justicia será el testigo protegido en una corte de Nueva York para juzgar al juez de campo, el que repartía la semilla, el abono, el que se hacía compadre del que se mochaba y el verdugo del que no se reportaba con velices abultados.
Ese juez de campo se desvelaba a la luz de Luna para lubricar los engranes de las maquinas productoras de la granja con diferentes marcas y sociedades anónimas como PRI, PAN, PRD, MORENA. En Nueva York el tratara de probar que no fue su culpa, que las maquinas venían defectuosas de fábrica.
Aunque venían con Marcas Mexicanas estaban manufacturadas en estados unidos. Que el hizo trato con representantes de prestigio, presidentes Corporativos, con todos los permisos del departamento de justicia, la casa blanca, presidentes, senadores en ambos lados del muro dentro y fuera de la misma cárcel llamada frontera.
Este escenario está basado en la canción La Granja de Los Tigres del Norte. Cualquier parecido con la realidad sobre la situación en México con el Culiacanazo o sobre el juicio en Nueva York de Genaro García Luna, ex jefe de Seguridad Nacional de Felipe Calderón es mera coincidencia. Cualquier referencia al Chapo Guzman o sus hijos, o el presidente en turno es ficticia “aun si pueden ser verdades,”
Como decían los viejos del rancho.
Salvador Reza
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