Monday, February 25, 2013

Tonatierra Tlahtolli

Press Release

Phoenix, Aztlan (Donde vive el espíritu de la verdad)
La Palabra TONATIERRA
Por Salvador Reza
Platicando con un joven graduado, ansioso de ingresar a la lucha aquí en Arizona, me recordó mis años universitarios cuando queríamos cambiar el mundo en un abrir y cerrar de ojos. En aquel entonces, un joven me pregunto que si ¿pensaba que ganaríamos la revolución en cinco años? Por supuesto que me dio risa. En primer lugar porque nadie sabia exactamente lo que eso significaba y en segundo lugar porque el joven no tenia ni idea que hacer para llegar a lo que se consideraría un punto revolucionario. La revolución es un proceso no un punto final. Para el joven, en aquel tiempo, ser revolucionario era admirar al Che Guevara, participar en protestas, fumar mariguana y tomar hasta no saber ni donde estaban al despertar en la mañana.

El joven con el que platicaba recientemente, me pregunto algo poco mas pensado pero a la misma vez parecido. Me pregunto que si cual era la estrategia y la meta de nuestra lucha para alcanzar una reforma migratoria dado los muchos grupos y teorías de cómo lograrla? Se sorprendió cuando le dije que una reforma migratoria no era nuestra meta ni a corto ni a largo plazo. Pueden pasar una reforma migratoria mañana y la persecución de nuestra comunidad seguirá con o sin Joe Arpaio. Perplejo me pregunto el joven que entonces, ¿porque luchábamos?


Luchamos por las tres generaciones antes de nosotros y por las tres que vienen frente a nosotros. Cualquier cosa que hagamos hoy se tomara siete generaciones futuras para que se pueda enmendar nuestros errores de hoy, y solo si dejáramos de hacerlos. Entonces el tiempo para nosotros es importante, pero no luchamos por lo inmediato que nos va a beneficiar nomas a nosotros. 
Acabamos de entrar en el ciclo terrestre de 5,200 años del calendario Maya. El recorrido de nuestro sol por nuestra galaxia culminara  en cinco ciclos al completar 26,000 años. Nuestra lucha es multi-generacional y multi-dimensional. Pero que quiere decir esto en términos prácticos cuando a diario se separan familias, cuando a diario se quedan hijos sin padres mientras las leyes legalizan el encarcelamiento y la deportación al criminalizar el trabajo y el vivir como un ser humano.

En la practica diaria de lucha es hablar con la verdad como nosotros la interpretamos en cuanto las acciones anti-humanas que vivimos cada día. No podemos callar cuando el Presidente en turno sistemáticamente deporta nuestros seres queridos por cálculos políticos o peor aun para no ofender a un partido u otro. No podemos darle un pase a representantes electos simple y sencillamente porque vienen de nuestra comunidad cuando hacen concesiones a los que nos persiguen. No podemos permitir a ningún interés real o ficticio que haga legitima la persecución de nuestras familias. Tampoco podemos dejar de enseñar la historia verdadera desde nuestra perspectiva, gústele o no le guste al sistema represivo y a su clase política, que por acción u omisión es responsable de nuestra deshumanización.

Apoyamos una reforma migratoria que permita a los seres humanos viajar y trabajar en tierras ancestrales y lucharemos por ella; pero no con la mentira de que somos ilegales, o que somos indocumentados, o que somos hispanos, o latinos. Las mentiras invaden nuestro ser, al internalizarlas nos deshumanizamos cada vez mas. “No somos ilegales, no somos criminales, somos trabajadores de pueblos originales.”
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Talking with a young graduate, eager to join the struggle in Arizona, I was reminded of my college years when we wanted to change the world in a blink of an eye. Back then, a young man asked me, if I thought we would win the revolution in five years? Of course, I laughed. No one knew exactly what Revolution meant and the young man back then had no idea how to reach what would be considered a revolutionary point. In hindsight we learned later “revolution is a process not an event or an end point.” For the young person, in the 1970’s, to be revolutionary meant to admire Che Guevara, to participate in protests, smoke marijuana and drink himself under the table. The next day when he woke up, he did not know who he was or where he was. Today, the problem has become a massive political state of affairs. Many haven’t even woken up, much less know who we are or where we are. We are in a state of a massively induced coma.
The youth I talked to recently, asked something more thoughtful but at the same time similar in nature. He asked what was our strategy to achieve immigration reform given the many groups and theories for achieving it? He was surprised when I told him that immigration reform was not our short or long term goal. The government can pass immigration reform tomorrow and the persecution of our community will continue with or without Joe Arpaio. Perplexed the young man asked me, then why do you struggle?
We struggle for three generations before us and for the three that come after us. Whatever we do today, it will take seven generations to amend our mistakes, and that is if we stopped repeating them. Time is important to us, but we don’t strive for our immediate needs that benefit just us.
We recently entered the terrestrial cycle of 5,200 years of the Mayan calendar. Our Sun travels through our Galaxy and will culminate five cycles in 26,000 years. Our struggle is multi-generational and multi-dimensional. But what does this mean in practical terms when families are separated daily and children survive without parents. What does struggle mean when laws are passed to criminalize work and legalize the imprisonment and deportation of human beings.
Daily, our struggle means to speak the truth as to the human rights abuses we live through every day. We can’t remain silent when the President in turn systematically deports our loved ones due to political calculations or worse still to gain favor from one political party or another. We can’t give a pass to elected representatives just because they come from our community and allow them to make concessions to those who persecute us. We cannot allow any real or fictitious interest to legitimize the pursuit of our families. We have to teach the true history from our indigenous perspective, whether the repressive system and its political class likes it or not. If we do not speak the truth, and struggle for our community, we will be responsible for our dehumanization through our fearful silence.
We support migrant reform in our traditional territories and will lay down our lives for it; but will not foment the invaders lies that we are illegal, that we are undocumented, that we are Hispanic, or that we are Latinos. When lies invade our daily being and we internalize them, the lies dehumanize us bit by bit. "We are not illegal, we are not criminals, we are migrant workers of the original indigenous peoples."

 

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