“Cantinflear,” termino que significa hablar mucho, dar
vueltas al asunto, y al final no decir nada.
Pero también “Cantinflear” es un termino muy mexicano que significa ser enamorado, bravucón, aparentar lo que uno no es cuando conviene, y cuando no, pues ser peladito de carpa que hace reír a la gente con vulgaridades y arrebatos. Sin embargo, “Cantinflear” también signi-fica colaborar con el estado mexicano en sus proyectos de masa o educación publica, donde un individuo “individualmente” defiende al pueblo contra los males que lo aquejan como en las pe-lículas de Cantinflas, en las que se incluye el papel de policía honesto, padrecito que lucha por el pueblo, barrendero cuyo premio es una barredora de la Corporación norteamericana FMC, siem-pre luchando por defender al oprimido. Pase lo que pase “Cantinflear” deja a las masas con una satisfacción imaginaria que las cosas puede cambiar puesto que un Cantinflas, Un Chapulin Co-lorado, un Super Barrio sera el proximo senador, el proximo presidente que de verdad, “si va a venir a cambiar las cosas” y por tal pues hay que esperar sin hacer nada porque un super héroe vendrá a salvarnos.
Pero también “Cantinflear” es un termino muy mexicano que significa ser enamorado, bravucón, aparentar lo que uno no es cuando conviene, y cuando no, pues ser peladito de carpa que hace reír a la gente con vulgaridades y arrebatos. Sin embargo, “Cantinflear” también signi-fica colaborar con el estado mexicano en sus proyectos de masa o educación publica, donde un individuo “individualmente” defiende al pueblo contra los males que lo aquejan como en las pe-lículas de Cantinflas, en las que se incluye el papel de policía honesto, padrecito que lucha por el pueblo, barrendero cuyo premio es una barredora de la Corporación norteamericana FMC, siem-pre luchando por defender al oprimido. Pase lo que pase “Cantinflear” deja a las masas con una satisfacción imaginaria que las cosas puede cambiar puesto que un Cantinflas, Un Chapulin Co-lorado, un Super Barrio sera el proximo senador, el proximo presidente que de verdad, “si va a venir a cambiar las cosas” y por tal pues hay que esperar sin hacer nada porque un super héroe vendrá a salvarnos.
Bueno, “Cantinflear: es la actitud urbana de un pueblo
mexicano acostumbrado a la co-rrupción, a la mordida, y ahora hasta la
desaparición masiva de millares de personas. Sin embar-go para los pueblos
indígenas esta la contraparte en el personaje de La India Maria que lucha como
trabajadora domestica, y combate el racismo contra el indígena, inocentemente
desafiando politicos, policías, millonarios y el pueblo contaminado de
desprecio. Todo por supuesto, orques-tado desde las entrañas de televisa,
utilizando un populismo vulgar para seguir imponiendo valo-res artificiales y
programando votantes que prefieren elegir un Presidente casado con una Gavio-ta
de Telenovela, o un futbolista popular como Cuahutemoc Blanco para seguir con
el idealismo deportivo o de telenovela sin que cuaje una unidad de pueblo
basado en los intereses reales del trabajador, el campesino, el indígena.
Muchas veces prefieren votar para alguien al servicio del opresor, para que los
salve del mismo opresor, que hacer lo que hicieron los Purepecha en Che-ran, y
los pueblos indígenas de Guerrero, que impusieron sus usos y costumbres echando
afuera a los partidos. Mientras en Guerrero, La India Maria moderna llamada
Rigoberta Menchu, aboga por la “democracia” de un narco voto que aparenta
participación y es orquestada desde TV AZ-TECA, TELEVISA, UNIVISION, CNN En
Español, NBC, ABC, y todos los medios al servicio de la Banca Mundial y Wall
Street.
A estos niveles ya no estamos para caricaturas que den
soluciones al pueblo; donde el prometer no empobrece, pero si enriquece a los
politicos con el sudor del pueblo que supuesta-mente defienden. Niveles, donde
los partidos aquí en U.S.A. y en Mexico siguen transando y prometiendo
“reformas” y el pueblo sigue poseído por el ultimo pecado de la Caja de
Pandora, “La Esperanza,” que lo tiene esperando el proximo sexenio o la próxima
elección presidencial donde ahora si vendrá un “Colosio” o un “Lincoln” a
enderezar el barco que se hunde para el pueblo; mientras, un Carlos Slim no
solo flota como el Tio de Donald Duck en arcas de dinero, sino que se hace
dueño de los centros de lavado de cerebro como el periódico New York Times para
seguir vendiendo el Pecado de la “Esperanza.”
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